
15 Sep YAMA Y NIYAMA: HABILIDADES PARA VIVIR CON FUERZA INTERIOR Y LIBERTAD – POR EL HERMANO CHIDANANDA
“Yama y Niyama: Habilidades para vivir con fuerza interior y libertad
Hermano Chidananda
¡Buenas tardes a todos! Soy el sargento de instrucción Chidananda… ¡Estoy aquí para deciros las reglas! Los sí y los no del comportamiento moral.
Cuando les he dicho que venía a decirles las reglas, ¿Cuál fue la reacción? No os gustó, ¿verdad? Esta reacción viene del alma, porque el alma no quiere nada que disminuya su soberanía… ¿Es un poco desacertado hablar de reglas?
El ego gobierna en nosotros, pero tiene mucho miedo, porque sabe que estas normas son los primeros pasos hacia la libertad del alma.
Las normas no son el amo, sino los sirvientes; el amo es aquél o aquélla que las obedece.
Estas normas están en los Yoga Sutras:
YAMA: Ahimsa (no violencia), Satya (verdad y honestidad), Asteya (no robar), Aparigraha (ausencia de codicia), Brahmacharya (no concupiscencia).
NIYAMA: Saucha (pureza), Santosha (contentamiento), Tapas (austeridad), Svadhyaya (estudio de textos sagrados), Ishvara Pranidana (devoción a Dios y al Gurú).
Estos son los portales a la divina naturaleza cubierta por la ilusión. El alma dice: sí, esto es lo que quiero. Particulares aspectos de la naturaleza del alma emergen cuando cumplimos estas normas.
El Maestro decía que los diez mandamientos podrían más apropiadamente llamarse “Las diez reglas eternas de la felicidad”. Romper los diez mandamientos es la principal fuente de todo sufrimiento en el mundo.
Vamos por el mundo como niños consentidos…Había una niña pequeña que era hija única, luego llegó una hermanita. La niña comenzó a comportarse de modo malhumorado y rebelde. La madre le dijo: “¿Pero a ti te gusta tu hermana, ¿no?”. La pequeña niña replicó, “Oh, sí, me gusta, eres tú quien no me gusta”.
La moralidad es vivir en el mundo mientras retenemos nuestra conexión divina. Tenemos que convencernos a nosotros mismos de que queremos seguir estas normas.
Estas reglas de conducta no son reglas arbitrarias de un dictador cósmico…El orden Divino sostiene el cosmos…es un deber del ser humano ayudar a mantener este orden…No son meras normas, sino que hacen que el ser humano participe en el divino orden cósmico.
Nunca dejamos de realizar nuestro propio poder sobre la tierra…para bien o para mal. Todas nuestras acciones y pensamientos crean patrones astrales que traen el bien o el mal al mundo.
Lean en la revista de SRF de 2008 invierno, el artículo de Daya Mata (“Consejo y aliento sobre estos tiempos de Crisis Mundial”).
El ego hará todo lo posible porque no sigamos estas reglas: es una guerra.
Muchos siguen las técnicas, pero no estas reglas tan importantes, que son la base. Sólo hacer las técnicas y no seguir las reglas no funciona, no es tan simple. Estar en la conciencia de bienaventuranza comienza con estas simples reglas.
Gyanamata dijo que mano a mano con la meditación deberían ir estas buenas reglas “pasadas de moda”.
Sri Yukteswar decía: Aprende a comportarte.
Yama-Niyama nos capacita para satisfacer el anhelo del alma. Estas reglas son esenciales para la práctica de la meditación.
¿Qué es lo que crea la inquietud cuando meditamos? Sri Yukteswar lo llamaba “la mezquindad del corazón” (deshonestidad, mentira, codicia…). Este es el enemigo en la meditación.
La postura de meditación está influida por los pensamientos, emociones, etc. que vienen del cerebro y que influyen en el cuerpo. Esta esclavitud desaparece cuando nos libramos de la mezquindad, lo cual lleva a la magnanimidad del corazón… Esto nos capacita para practicar el resto de los ocho pasos del Yoga.
Hay que preguntarse a uno mismo sobre Yama y Niyama, si tenemos algo de lo negativo o nos falta de lo positivo.
5 métodos para poner en práctica estas reglas:
1) Leer cada día los escritos del Gurú…algo que te recuerde el maravilloso ser que eres… El primer capítulo del libro “Donde brilla la luz”, y la sección sobre el Infinito Potencial, ahí hay muchas citas referentes a este tema.
2) Hacer introspección diaria.
3) Uso de afirmaciones y visualizaciones para imprimir en nuestro cerebro esas cualidades que queremos tener. Practicar la presencia de Dios, repetir una y otra vez una frase breve.
4) Escritura de Japa (mantra): Coger las cualidades del Bhagavad Gita, Cap.XVI, y escribirlas una y otra vez, seguidas o como queramos, para que así se vayan imprimiendo en nuestro corazón y cerebro. Por ejemplo, hacerlo una vez a la semana.
5) Durante la meditación, por ejemplo, en una meditación larga, te sientas cerca del altar, mirando a los Maestros a los ojos y sintiendo con fuerza su aura, su vibración, su energía. Después de Kriya los miras a cada uno a los ojos y les dices: “Jesús, hazme un maestro de Yama y Niyama (o la cualidad que desees)”. O dices: “Krishna, hazme un maestro de Ahimsa”, etc. Ofrece esa oración, y luego ESCUCHA. Sientes una corriente que te llega. Recibirás renovado entusiasmo… ¡puedo hacerlo! y recibirás también consejo paciente y comprensivo. El espejo del Gurú nos refleja las cualidades divinas, él sabe que puedes. Y comienzas a sentir su amor y por qué te ama. Profundizas en ese amor incondicional, es esa conexión del corazón con los Gurús, que quiere fluir en nosotros.
Una historia: había una serie de adolescentes con problemas que sin embargo no acabaron nunca en la cárcel, e investigaron el porqué. Descubrieron que todos tuvieron una profesora en común. Y cuando fueron a hablar con ella, ella los recordaba a todos y decía cuánto los quería.
El valor de la conciencia: Ve la luz de la conciencia como tu mejor amigo. El Maestro decía que la conciencia es como un zapato: cuando no es de tu talla, por fuera puede parecer bonito, pero cuando andas, sabes dónde te molesta. Debemos seguir la conciencia, a través de la cual nos habla Dios, y también el consejo de los sabios.
La conciencia es una cara de la moneda. La otra es el perdón de Dios. Todo el mundo comete errores, muchas veces. El Maestro dice: “Un santo es un pecador que nunca se dio por vencido” … ellos tenían esa cualidad de saber cómo acceder al perdón de Dios, cómo contactar con el perdón de Dios. Tenemos que aceptar y recibir el amor de Dios. Dios nos anima a seguir.
Los tres últimos pasos de Niyama son: Tapas, estudio y devoción. Patanjali llama a los tres juntos con el nombre de Kriya Yoga.
Devoción quiere decir, entre otras cosas: “Perdóname, siento haber hecho esto”. Como Jesús dijo, el perdón viene automáticamente, y luego “Ve y no peques más”.
El estudio introspectivo: repetir a uno mismo un escrito, por ejemplo: “No soy este cuerpo, ni esta mente, que están sujetos a errores y tentaciones. Soy un alma perfecta, un hijo de Dios puro y libre”. El Maestro dice: “No tienes karma cuando sabes que eres un hijo de Dios”. Nos abrimos al perdón, al amor de Dios.
En la Autobiografía de un Yogui, el Maestro lo traduce a su manera, él dice:
– Tapas es disciplina del cuerpo (ejercicios de energetización)
– Estudio es Control mental y afirmaciones (verdad de las escrituras, mantras, técnica de Hong-So. Hong-So significa “Yo soy Él”, “Soy Espíritu”).
– Devoción significa técnica de OM + Kriya (quietud y práctica de la presencia de Dios). La meditación sobre OM es la verdadera devoción, y trae un perdón real, el gran confortador. San Pablo habló de OM como el que limpia, volvemos al punto cero, lavamos el oro del alma de todo el barro de lo que no somos, y eso es el perdón real.
Practicar esto da un tremendo poder al devoto.
Mantenernos en sintonía con Dios y el Gurú, Su amor, Su perdón. Esto es muy importante.
Libérate de las ataduras kármicas y levántate.
Corre hacia Él…la vida inmortal te está esperando… Sus brazos están abiertos para recibirte… espiritualízate…hazte inmortal. Todos vamos a llegar ahí.
Sorry, the comment form is closed at this time.