UNA ESCRITURA DE AMOR – POR SRI DAYA MATA (Extracto)

UNA ESCRITURA DE AMOR – POR SRI DAYA MATA (Extracto)

Yo siempre espero con ilusión estas reuniones del tiempo de Navidad, para disfrutar con ustedes, en un espíritu de la amistad divina, y entrar así en el verdadero espíritu de la Navidad, tal como quiso Jesucristo, hace muchos miles de años. Pienso a menudo cómo sería Cristo si tuviera que caminar hoy aquí en la tierra. Sin duda, habría nacido en una humilde aldea, y tal vez la razón de eso sea que cuando tenemos demasiadas cosas materiales, se nos hace un poco más difícil darnos cuenta de la necesidad de las cosas espirituales, a menos que, y hasta que, nos sintamos saciados, por el exceso de posesiones materiales. Pero imagino que él se vestiría sencillamente, imagino que utilizaría las comodidades modernas, incluso podría utilizar una moto, o una bicicleta o utilizar el tren… La cuestión es esta: que él se adaptaría al tiempo en que hubiera nacido. Y así es como debe de ser. Me parece que, y digo esto porque recuerdo cuando Guruji vino a América. Él vino llevando su túnica ocre… y creo que ustedes saben por las historias, que cuando viajaba en los autobuses, los trenes, o cuando caminaba por las calles de Boston, a menudo lo ridiculizaban, se reían de él, debido a la túnica ocre que llevaba… y fue en ese tiempo en que tomó la decisión: “¡Yo no he venido a Occidente a educar a Occidente en las costumbres sobre la vestimenta de los monjes en Oriente! Mi misión es traer las verdades inmortales de la India a Occidente”. Así que se quitó aquella túnica ocre y se puso la vestimenta occidental, pero excluyó una prenda… ¿saben ustedes cuál era? Esa estranguladora corbata. Se negó a llevarla. Mantuvo la túnica ocre cuando estaba en el ashram y siempre que tenía que hablar en público, porque era un símbolo de esa antigua orden a la que él pertenecía. Nosotros que también pertenecemos a esa antigua orden monástica, seguimos el mismo principio. Recuerdo que hace muchos años, antes de que el Maestro dejara su cuerpo, había un grupo muy pequeño… que estaba muy interesado en ponerse un vestido de renunciante para llevarlo por la calle. Y esto se convirtió en un pequeño problema. Y recuerdo que el Maestro dijo: “Bueno, el verdadero monje es el que lo es en su corazón. No es esencial lo que se ponga, siempre que sea de buen gusto y sencillo”, esa es la orden. Y nosotros hemos seguido ese ideal, a lo largo de todos estos muchos años.

Pensando en cómo Guruji describía a Cristo, y él tuvo muchas visiones de Cristo, él dijo: “El mundo occidental pinta a Cristo con el cabello rubio y los ojos azules pero, por las visiones que yo he tenido de él, puedo decir que su piel es ligeramente aceitunada, sus ojos y su cabello son castaño oscuro y su nariz es ligeramente achatada”, y Guruji dijo: “el famoso cuadro de Hoffman se acerca más que ningún otro al parecido de Cristo que ningún otro que yo haya visto en Occidente”. Lo interesante es, que estamos hablando de ese Cristo Universal que se manifestó hace veinte siglos en Jesús, el Cristo. Ahora bien, noté que cuando estábamos viajando por Japón y por Tailandia, y visitando allí algunas de las catedrales… sus pinturas de Cristo tenían unos bonitos ojos rasgados e iban vestidos con vestiduras orientales. Esto es perfectamente primoroso, porque Cristo es universal… y nosotros deberíamos tomar aquella forma de Cristo que nos atraiga más, y es por eso que ustedes ven en occidente, muchas, muchas diferentes versiones… muchas pinturas diferentes de Cristo… y nosotros nos sentimos atraídos por una o por otra.  Y en esto no hacemos ninguna diferencia, en tanto que, al mirar esa pintura… la devoción, y la memoria de todo aquello que Él representaba surja dentro de nuestra conciencia. Es verdad que, quizás si Cristo pasara por nuestros salones hoy en día, pasará a nuestro lado en las calles… quizás no le reconociéramos como tal, debido a sus sencillas vestimentas… pero… aquellas verdades que Él enseñó hace siglos permanecerían absolutamente sin cambios. Ellas constituyen lo que los hindúes denominan la Sanatana Dharma, la Verdad Eterna, que nunca puede variar, que permanece siempre la misma, y yo sospecho, que, si Cristo estuviera hoy aquí, no habría ira en él, sino una gran tristeza… cayendo sobre él… y es probable que pensara lo que Guruji dijo muchas veces: “Cristo fue crucificado sólo una vez, pero en las manos de los ignorantes, sus enseñanzas son crucificadas cada día”. Y creo que… él se esforzaría en hacer que la mente de todos los hombres volviera a esos principios eternos. Debido a que nos hemos olvidado de ellos… es por lo que la humanidad se ha sumergido en tal oscuridad en estos días. Nosotros, hemos tratado de encontrar sustitutos… para esos principios que Él enseñó. Él nos dijo que perdonáramos a nuestros enemigos… y saben, Guruji nos enseñó que la religión es una relación personal, entre nosotros y Dios, y no tiene que ver con nadie más, así que yo siempre proclamo ante los devotos lo que Guruji afirmó ante mí cuando Él dijo que perdonáramos a nuestros enemigos… “¿Lo estoy haciendo? Puede que no me guste lo que mi enemigo esté haciendo… pero no puedo odiarlo porque lo esté haciendo…”, nunca debemos permitir que nuestros corazones se llenen de odio. Él nos enseñó a que fuéramos inegoístas, y de nuevo nos preguntamos: “¿Somos verdaderamente inegoístas? ¿entendemos esa ley de… dar, dar y dar? ¿sin esperar nada a cambio?”, porque es cuando damos que las bendiciones retornan a nosotros… no cuando esperamos algo a cambio. Y de nuevo, Él nos enseñó a que dijéramos siempre la verdad, y esto es algo que es muy querido para mi corazón. Cada día cuando hablo, me hago esta pregunta… cuando doy una respuesta… “¿Es honesta? ¿es verdadera?” … Esto es lo que está haciendo falta, no sólo en los políticos, de nuestra nación, sino en los de todas las naciones… Nos hemos alejado de los principios eternos de honestidad, de sinceridad, de lo que es verdadero… de la amabilidad, de la compasión, del perdón. Y… cuanto más nos alejemos de Él… más nos vemos atrapados… en las redes de las cosas de este mundo, de las que esperamos que nos sirvan como sustitutos satisfactorios de lo que Él nos da. ¿Por qué suponen ustedes que las masas, en todas las naciones están acosadas por las drogas? ¿por qué? Por una razón muy simple… Las… complejidades de la vida, las desilusiones de la vida, se nos han dado porque nos hemos separado, nos hemos alejado de Dios, lo que hace que nos sea muy difícil soportar la vida tal cual es… así que para… olvidarnos… de ella, para poder encontrar un poquito de olvido… de la vida, los jóvenes… se entregan a las drogas o a la bebida, pero eso… no conduce en absoluto a la libertad. Nosotros pensamos que nos liberaran, de una mente acosada por los tormentos, pero en lugar de ello nos volvemos prisioneros, de esa mente. Nos hacemos prisioneros de una mente que está desgarrada por las drogas, que no puede pensar con claridad… que está luchando con la ilusión… y pienso que una de las cosas más trágicas que están sucediendo ahora es … yo no puedo describir el gran número de gente joven, cuyas cartas llegan a mi escritorio, o que yo veo… y el grito unánime del problema que destaca por encima de los demás, es la lucha con las drogas… Yo le diría a cada joven… aléjense de ellas, evítenlas… ellas no conducen a la liberación de la mente, sino que harán que la mente se ate a unas cadenas cada vez más y más fuertes, de las que finalmente resulta muy difícil, que nos liberemos.

Pienso que el Cristo divino se sentiría también preocupado por la moral de hoy en día, porque nosotros nos hemos relajado con la moral….  Ha habido un resquebrajamiento en la unidad familiar… y pienso que esto es una gran tragedia, porque cada ser viviente necesita amor, y ¿dónde lo obtenemos primero sino es en las rodillas de nuestros padres?, ¿dónde podemos encontrar primero esa guía?, excepto, de los labios de corazones comprensivos, excepto de aquellos que Dios nos ha dado como nuestros padres, para guiar nuestras vidas por el camino correcto. Pienso, que esto también le preocuparía mucho.

Saben, es triste que la Navidad sea un tiempo, en que exista la mayor… negatividad, de depresión… en toda la cristiandad. Pienso que esto le molestaría mucho a Cristo, pero, ¿por qué sucede esto? Es porque, a lo largo del año hablamos de Cristo, vamos a la iglesia a oír hablar de Cristo, pero, ¿quién trata de vivir… de acuerdo con los principios que él enseñó? Y pienso que en el momento que comenzamos a pensar más profundamente en Él, y a celebrar su nacimiento y las festividades, tal vez eso provoca una cierta reacción psicológica, algo que dice: “no he hecho todo lo que debía este año… mi vida se está yendo… y ¿qué progreso he realizado? ¿cuán cerca estoy de ese Ser…hacia el que lentamente estoy siendo llevado por ese gran ciclo de la muerte?”. Y nos deprimimos, nos desanimamos, en lugar de llenarnos de gozo. ¿Cómo podemos vencer esto? ¿Cómo podemos volver a lo que Cristo enseñó? Bueno, a lo largo de las edades han existido esos grandes Maestros que han venido… uno de ellos es Paramahansaji, que ha colocado delante de nosotros aquello con lo que podemos volver a esa relación divina con Cristo… ese Cristo divino tal como se manifestó en el Señor Jesús, y lo primero para ello es la meditación… lo siguiente es aprender a amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente y con toda nuestra alma… deben recordar siempre una cosa… si nuestra adoración… es solamente en Jesús, el hombre, entonces de nuevo estamos perdiendo el punto… Él mismo habla, una y otra vez… de su Padre, Él mismo trata una y otra vez de atraernos, no a sus pies… sino a los pies del Amado Divino… que es el Padre común de toda la humanidad… y ese era el propósito de Gurudeva Paramahansa Yogananda también.

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.

Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. política de coookies

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar