
27 Oct UN MUNDO EN TRANSICIÓN (INICIO DE LA CHARLA DADA POR EL HERMANO ANANDAMOY EN LA CONVOCACIÓN DE SRF 1983)
UN MUNDO EN TRANSICIÓN (INICIO DE LA CHARLA DADA POR EL HERMANO ANANDAMOY EN LA CONVOCACIÓN DE SRF 1983)
Es difícil de creer, cuando vemos el mundo hoy en día, con todos los problemas y toda su confusión, que estemos en una edad más elevada.
Pero realmente hemos dejado atrás el período más oscuro de Kali Yuga, y estamos bastante…, relativamente bastante lejos (adentrados) en el de Dwapara Yuga, una era más elevada en el ciclo ascendente. El problema es que la mayor parte de la humanidad no ha entendido de que trata todo este asunto.
En acción, en concepto, en las actitudes, la mayoría de la gente en este mundo todavía permanece en gran medida en la Kali Yuga. Todo está orientado, toda la concentración está puesta en la satisfacción exterior, la satisfacción del ego, satisfacción corporal. Y las grandes ventajas de esta nueva era, debido a la ciencia, debido a la tecnología, una de las grandes ventajas, es el tiempo libre. Piénsenlo… en la edad oscura (Kali Yuga) la gente usaba todo su tiempo, toda su energía, sólo para sobrevivir, tan sólo para ganarse la vida. Fueron muy muy pocos, los de las clases privilegiadas, las que tuvieron tiempo para dedicarlo a actividades más elevadas: la filosofía, las artes, la religión. Y hoy en día, al menos en los países industrializados, todo el mundo está dentro de esa clase. Y ¿qué hace la gente debido a la ignorancia? Pierden ese tiempo y disipan esa energía en infinitas diversiones. El estadunidense promedio, y eso significa cada hombre, mujer y niño, ve la televisión 44 horas a la semana, ¿se pueden imaginar lo que podríamos hacer? ¿lo que podrían hacer? Lo estamos haciendo. Pero lo que ellos podrían hacer con ese tiempo es increíble.
Y así, desafortunadamente, la humanidad se ha alejado de Dios y las leyes de Dios y van hacia afuera. Y es por eso que tenemos este tremendo lío en el mundo. Ahora bien, ya saben, pensamos que sería maravilloso si hubiera paz en tiempos normales, ¿verdad? En cierto modo es nuestra ventaja (el que no la haya paz), porque eso pone de manifiesto más claramente para nosotros el saber que este mundo no es nuestro hogar, que la verdadera seguridad no está en este mundo externo y que estamos buscando a Dios. Y luego tenemos el hecho de que considerar que los tiempos sean pacíficos no es suficiente. Ha habido momentos en los que no existían pensamientos de guerra mundial, cuando no había problemas con el desempleo, cuando no había problemas con la ecología, y durante ese tiempo un gran hombre dijo: “La gran mayoría de los hombres llevan vidas de una desesperación tranquila (silenciosa)”. ¡Desesperación silenciosa! ¿Por qué? Porque seguía existiendo un “hambre” todavía, un anhelo por algo. Faltaba algo esencial, y ¿qué era? Era Dios.
Y ahora tenemos que entender que a pesar del ciclo en el que estemos, cualquiera que sea el ciclo por el que esté pasando el mundo, cada uno tiene su propio ciclo individual. Porque en los períodos más oscuros, en las peores condiciones, hubo hombres y mujeres, tal vez no muchos, pero hubo algunos, que alcanzaron la realización divina. Y así, independientemente de por lo que el mundo está pasando, no pongan demasiada atención en ello, sino que concéntrense en lo esencial. Porque si queremos encontrar a Dios, tenemos que dirigir nuestra energía de una forma constructiva.
Los psicólogos dicen que el hombre es una criatura que se propone metas y que si no tiene un objetivo se desintegra. Y pienso que mucha gente en este mundo está haciendo precisamente eso. No tienen un objetivo definido y así su energía no está siendo dirigida correctamente. Quiero darles un ejemplo. Esta fue una encuesta informal sobre una zona de aparcamiento en un centro comercial. Y demostró que el 60% de la gente que iba allí no podía recordar el número de matrícula de sus coches. El 30% no podía recordar dónde había aparcado su coche… y el 25% no sabía por qué estaba en el centro comercial. Simplemente estaban allí porque ¡no tenían nada más importante que hacer! Bien, ¿pueden imaginarse por qué la gente está tan confundida? Así que no tienen dirección en sus vidas, y eso hace que tome tanto tiempo salir de esta maya. La mayoría de la gente en el mundo desconoce incluso cuál es el propósito de la vida. Y el Maestro dijo: “Has venido (y esto es bueno para todos nosotros), has venido a la tierra para cumplir una misión divina…” Y mucha gente nos escribe y nos dice: “Tengo una gran misión que cumplir”, pero el Maestro no estaba hablando de una misión externa; estaba hablando de la misión interior, es decir, la de unirnos a Dios. Y luego dijo: “Dense cuenta de lo tremendamente importante que es eso. No permitas que el estrecho ego obstruya tu logro de esa meta infinita”. Así que tenemos que concentrarnos en Dios y no en el espectáculo exterior. Piénsenlo.
¿Cuántas vidas hay detrás de cada uno de nosotros? Y en esas vidas lo hemos experimentado todo. Muchas vidas que todos hemos pasado en cuerpos masculinos, muchas vidas en las que hemos pasado en cuerpos femeninos, hemos pertenecido a diferentes razas y nacionalidades. Hemos sido ricos y pobres. Hemos sido famosos y olvidados. Hemos vivido en tiempos de paz y en tiempos de guerra y agitación, ¿y dónde están esas vidas ahora? ¿dónde están? En sí mismas no tenían ningún valor, ningún significado, porque formaban parte de maya. Su significado era… o el valor de esas vidas era, que tuvimos innumerables oportunidades para buscar a Dios y crecer… y obviamente nos hemos perdido muchas de esas oportunidades… y es por eso que seguimos aquí. Ahora, preguntémonos, ¿por qué perdimos tantas oportunidades? ¿por qué? Porque nos concentramos tanto en el espectáculo exterior, en nuestro papel exterior, que expulsamos a Dios fuera de nuestra conciencia. A Dios: nuestra meta, la solución a todos los problemas. Y ahora, viviendo en este tiempo, naturalmente surgen ciertos pensamientos, tales como ¿cuál será el futuro? ¿habrá guerra? ¿va a pasar esto o aquello? Cosas así, todas esas cosas. Por supuesto que esos pensamientos surgen. Pero ahora tenemos que tener cuidado, porque si estamos viviendo, si permitimos que esos pensamientos ocupen nuestras mentes, y así Dios, una vez más, es echado fuera de nuestra conciencia y otra vida quedará desperdiciada, ¿verdad?
Digo esto, porque ayer recibí un mensaje, a través de uno de los monjes, de alguien que está aquí, diciendo que algunos de vosotros, tal vez todos, estéis esperando una información previa y detallada de lo que va a suceder en el futuro, ¿verdad? Ahora, para que puedas pensar en ello. ¿pensar en el futuro? Esto es lo que los grandes santos en las escrituras te dicen que no hagas. Jesús dijo: “Bástale a cada día su afán”. “No puedes”, dijo el Maestro una y otra vez, “no puedes llevar el pasado y el presente y el futuro, y particularmente… normalmente estamos escapando… analiza tus pensamientos. Normalmente nos estamos escapando hacia el pasado o hacia el futuro, y eso es un desperdicio absoluto. Tenemos que permanecer en el presente. Tenemos que disciplinarnos para permanecer en el presente y llenar ese presente con Dios. Así que en lugar de… Ya saben que no soy un adivino, de modo que en su lugar tengo una bonita cita del Maestro. Él dice: “Si conoces la trama de antemano, cuando ves una película o una representación en un escenario, no será interesante”, y continúa diciendo: “es bueno que no entiendas la película drama que Dios está representando en tu vida. No te entretendrías si lo supieras lo que iba a pasar antes de que suceda, más bien reza a Dios de esta manera: ‘Padre, enséñame a desempeñar mi papel en este drama de la vida, no importa si soy débil o fuerte, enfermo o sano, alto o bajo, rico o pobre, con una actitud inmortal, para que pueda conocer al final la moraleja de todo esto”.
Creo que fue en una Convocación anterior que dije: “Escribe en un trozo de papel: ‘soy un ser inmortal’ y pégalo en el espejo de tu baño, para que lo veas todas las mañanas y otra vez por la noche, y lleves contigo ese pensamiento a lo largo del día: “¡Soy un ser inmortal!”. Y sólo estas desempeñando un papel en este gran drama, pero no soy eso, soy un ser inmortal, soy el alma. ¿Lo habéis quitado del espejo? Ponedlo de nuevo. Y aquellos de ustedes que sea nuevos en el sendero y no me hayan oído decir esto antes, pónganlo también. Es de gran ayuda.
Así que el Maestro dijo: “La vida es muy complicada, no confíes en ella, porque no es lo que parece y está llena de decepciones. La perfección no está diseñada para ser encontrada aquí”, queriendo decir perfección en el sentido de la satisfacción final. Y sigue diciendo: “No te estoy dando una imagen falsa de la vida, este no es el Reino de Dios”. Esta no es nuestra casa, no pertenecemos aquí. Esta vida es sólo la escuela. No sé por qué Dios nos puso aquí… ¡ojalá no lo hubiera hecho…! (risas).
Más adelante Anandamoy hace referencia a la cita de un texto del Maestro en “La búsqueda eterna”, de la que sólo da la página donde se encuentra y que aquí, por facilidad para los que lean esto se incluye a continuación.
“Ora únicamente para conocer a Dios, no añores el amor humano: se desvanecerá. Tras el amor humano está el amor espiritual de Dios. Ese es el amor que debes buscar. No ores por tener un hogar, ni dinero, ni amor, ni amistad. No ores por obtener ninguna cosa de este mundo. Disfruta solo de lo que Dios te da. Todo lo demás conduce al desengaño. El hombre ha venido a la Tierra exclusivamente para aprender a conocer a Dios; no existe otra razón para su permanencia aquí. Este es el verdadero mensaje del Señor. A todos aquellos que le buscan y le aman, Él les habla de esa Vida sublime donde no hay dolor ni vejez, guerra ni muerte, sino sólo seguridad eterna. En esa Vida nada se destruye. En ella existe únicamente una felicidad inefable que jamás se agosta: una felicidad que es siempre nueva.
Así pues, vale la pena buscar a Dios. Todos aquellos que sinceramente le buscan, con seguridad le encontrarán. Quienes anhelan amar al Señor y ansían entrar en su reino, y desde lo más profundo de su corazón desean conocerle, sin duda le encontrarán. Día y noche debes tener un anhelo cada vez más intenso de conocer a Dios. En reconocimiento de tu amor, Él cumplirá la promesa que te hiciera para toda la eternidad y experimentarás entonces gozo y felicidad sin fin. Todo es luz, todo es gozo, todo es paz, todo es amor. Todo es Él”.
Sorry, the comment form is closed at this time.