SANTA TERESA DE ÁVILA y LA CIENCIA DEL YOGA – Paramahansa Yogananda

SANTA TERESA DE ÁVILA y LA CIENCIA DEL YOGA – Paramahansa Yogananda

TERESA DE AVILA y LA CIENCIA DEL YOGA

La universalidad de la religión

“Alcanzar el Absoluto a través de una devoción intensa y llena de veneración”

Tales devotos, purificados por una vida santa, durante los períodos de intensa devoción adoradora subyugan sus sentidos y alcanzan un estado de perfecta calma mental mediante una simple pero sincera concentración en el Señor. Mentalmente se sumergen en la oscuridad sin oscuridad, la luz sin luz, en la que el Espíritu indestructible, el Uno indescriptible e impensable, existe como la Inteligencia Kutastha (la Conciencia de Krishna o Cristo) en la creación: omnipresente, inamovible e inmutable, el reflejo puro sin forma (o Hijo) del Señor trascendental. Místicos cristianos, como San Juan de la Cruz, Santo Tomás de Aquino y Santa Teresa de Ávila, experimentaron esta Conciencia Trascendental. De esta comunión divina, Santa Teresa declaró: “He visto al Cristo sin forma”.

Al aumentar gradualmente sus percepciones de la Inteligencia Eterna reflejada en la creación, tales devotos finalmente se dan cuenta de la conciencia cósmica de Dios que existe en el reino sin vibraciones, más allá de los mundos fenoménicos. Este tipo de devoto (en efecto, un yogui o alguien que ha alcanzado el yoga o la unión con Dios) alcanza el Absoluto, pero no necesariamente es consciente de las etapas científicas intermedias que han ocurrido en él para conducir su conciencia a la emancipación.

Paramahansa Yogananda, Dios habla con Arjuna: El Bhagavad Guita

PARAMAHANSAJI: En sus obras maestras Camino de la Perfección y El Castillo Interior, la renombrada mística Santa Teresa de Ávila da una descripción sistemática, desde su propia experiencia personal, de los estados interiorizados de la comunión divina. Estos, en esencia, corresponden exactamente con los estados progresivamente más elevados de conciencia, expuestos en la centenaria ciencia universal del alma, del yoga de la India.

“La santa describe los grados cada vez más profundos de la comunión con Dios comenzando con las diversas formas de oración vocal y mental, y progresando a través de los estados interiorizados de «recogimiento infuso», «oración de quietud» y «oración de unión» que culmina en la unidad perfecta con Dios o “matrimonio espiritual”.

De “la oración de la quietud”, escribe en Camino de la Perfección. . .: “En este estado se aquietan todas las facultades. El alma, de una manera que nada tiene que ver con los sentidos exteriores, se da cuenta de que ahora está muy cerca de su Dios, y que, si estuviera un poco más cerca, se haría una con Él por la unión… el cuerpo experimenta el mayor deleite y el alma es consciente de una profunda satisfacción. Tan contenta está simplemente de encontrarse cerca de la fuente que, incluso antes de que haya comenzado a beber, se ha llenado. No parece que le quede nada que desear. Las facultades están aquietadas y no tienen deseo de moverse, porque cualquier movimiento que hagan parece impedir que el alma ame a Dios”.

Ella continúa describiendo tres etapas distintas de unión: unión simple, unión extática y unión perfecta (matrimonio espiritual). Los escritos de Santa Teresa sobre estos estados exaltados han sido resumidos de la siguiente manera por el erudito católico Albert Farges, en Mystical Phenomena (Londres: Burns, Oates, and Washbourne, 1926), quien escribe:

“Mientras que en la unión simple los sentidos están más o menos dormidos, y despiertos si se les perturba; en el éxtasis, por el contrario, están totalmente suspendidos, o más bien en un estado de anestesia, hasta tal punto que ni siquiera la perturbación violenta los despertará. Si se acerca la llama de una vela a la mano de una persona que ora en estado de éxtasis, no sentirá el más mínimo dolor… [Es] como si el alma ya no estuviera en el cuerpo: hasta tal punto que, los filósofos y los teólogos se han preguntaron si, por ejemplo, el alma de San Pablo, durante sus éxtasis, realmente dejaba de animar su cuerpo [Nota: ver la definición de sabikalpa samadhi abajo]….

“Entre los místicos cristianos que han sido observados en sabikalpa samadhi se puede mencionar a Santa Teresa de Ávila, cuyo cuerpo se quedaba tan inamovible que las monjas del convento asombradas no podían alterar su posición o despertarla a la conciencia externa”.

Paramahansa Yogananda, Autobiografía de un yogui

Continúa Albert Farges: “Todos los teólogos místicos están de acuerdo en colocar, por encima de la unión extática, un grado de unión aún más perfecto, la cumbre de la contemplación terrenal y un anticipo de la bienaventuranza eterna… En dicho estado, el trance extático suele presentarse sólo en raras ocasiones … Como ha dicho Suárez, nuestro Señor (Jesucristo), durante su vida mortal, pudo gozar de la visión beatífica sin caer jamás en el desmayo del éxtasis…”. [Nota: nirbikalpa samadhi ver definición más abajo].

La segunda venida de Cristo, Paramahansa Yogananda, (Nota del editor), pág. 34 Vol.-II

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En el estado de savikalpa samadhi, la atención y la fuerza vital se desconectan de los sentidos y se mantienen conscientemente identificadas con el Espíritu siempre gozoso. En este estado, el alma se libera de la conciencia del ego y se vuelve consciente del Espíritu más allá de la creación…

En nirvikalpa el alma es simultáneamente consciente del Espíritu interior y de la creación exterior. El hombre divino en el estado de nirvikalpa puede incluso ocuparse en el desempeño de sus deberes materiales sin perder la unión interna con Dios.

Paramahansa Yogananda, Dios habla con Arjuna: El Bhagavad Guita

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