03 Ago «Maestro, ayúdame, protégeme». Una historia contada por el Hermano Bimalananda

«Maestro, ayúdame, protégeme». Una historia contada por el Hermano Bimalananda

Hay una historia de una devota de SRF que vivía en Cali, Colombia. Una tarde tomó un taxi a casa. En el momento en que subió al taxi y miró a los ojos al taxista, tuvo un mal presentimiento. Ella instantáneamente oró; «Maestro, ayúdame, protégeme». El taxista la llevó directamente a su casa, y cuando ella se bajó y le pagó al conductor, él le preguntó quién era el hombre de pelo largo y oscuro que estaba sentado a su lado. Dijo que no había nadie con ella, y luego entró en su casa, cerró la puerta con llave y deslizó una cadena en su lugar.

Unos minutos más tarde, llamaron a la puerta. Ella abrió, pero mantuvo la cadena en su lugar. Entonces abrió un poco la puerta, vio al taxista parado allí. Él dijo: “Por favor, señora, dígame quién estaba con usted y luego se fue cuando usted lo hizo. ¿El hombre con el pelo oscuro? Ella respondió: «Como ya le dije, no había nadie conmigo, ¡no sé de qué estás hablando!»

No fue hasta que se sentó a meditar horas más tarde que notó la foto del Maestro sonriéndole. Se dio cuenta de que él era el ‘hombre con el pelo largo y oscuro’ a quien el conductor había visto.

El Maestro protege a Sus discípulos y se hace visible o invisible cuando así lo elige. El Maestro dijo: “Protejo a mis discípulos con mano celosa”. Cuando realmente necesites ayuda, no dejes que la mente entre en pánico. Tómate un momento, ve a tu interior, visualiza a Guruji en el ojo espiritual y di: “Maestro, ayúdame”. Y él lo hará. Es importante desarrollar una relación fuerte con el Maestro, porque si no sientes esa presencia, puede ser difícil tener la fe para llamarlo cuando hay una necesidad real.

  Nota de un devoto, historia contada por el Hno. Bimalananda en una charla de la Convocación