
03 Mar ENFOCARSE EN DIOS DURANTE LA MEDITACIÓN – HERMANO SATYANANDA
Hay muchas cosas que suceden en nuestras vidas sobre las que tenemos que pensar – decisiones que tomar, personas a las que cuidar, asuntos que resolver. Algunos de nuestros pensamientos y reflexiones son casuales, otros son temas importantes de implicación emocional. Pero en la meditación, todo se reclasifica: Es distracción. «El jardín necesita deshierbe», distracción. «El vuelo a casa, ¿se han hecho todos los arreglos? ¿Los boletos están confirmados?», distracción.
En la vida diaria son importantes; es nuestro deber de cuidar de las personas y responsabilidades que se nos encomiendan. Pero en la meditación se convierten en distracción. Tenemos que adquirir la discriminación para hacer esta distinción; de lo contrario podemos intentar durante años, incluso toda la vida, de profundizar en la meditación, pero nunca alcanzar nuestra meta.
Cualquier cosa con la que estés lidiando en la vida es significativa como un paso en tu crecimiento espiritual, y tratas de cuidarla con toda tu energía y amor. Pero cuando estás meditando, por un acto de voluntad lo dejas a un lado para concentrarte sólo en Dios. Este es un gran cambio para la mente, el corazón, la voluntad. Es una habilidad que hay que cultivar.
Al comienzo de tu meditación, reúne tu fuerza de voluntad y di: «Durante esta meditación, estoy muerto para el mundo. No hay nada que sea importante para mí en este momento, solo Dios». Este es el uso de la voluntad renunciante en la meditación.
La clave es: renunciar a todo, sin reservas. No intentes resolverlo con la mente… a la mente le encanta estar activa. Aunque respetamos el poder de la mente para resolver los problemas de la vida, no la involucres en deliberaciones sobre preocupaciones externas durante la meditación; solo te mantendrá en el reino de maya. Adopta una actitud dinámica y obstinada hacia su drama emocional actual. Reuniendo coraje y fuerza de tu Gurú, di: «Renuncio a todo. Durante este tiempo de meditación, no hay nada que pueda distraer mi mente de ir hacia Ti, mi Señor».
Lo hermoso de la renuncia interior es que no tenemos que huir a las montañas o unirnos a un ashram… Puedes continuar con todas tus actividades y responsabilidades diarias. Puedes tener vida y amor, puedes perder el amor y los seres amados, pero por la renuncia interior durante la meditación, gradualmente aprenderás a profundizar tanto que nada te alterara o perturbara. Puedes llegar a ese punto en un tiempo sorprendentemente corto a través de repetidos actos de voluntad de renuncia.
En lugar de desperdiciar tus energías luchando constantemente con la mente, te permite poner tus esfuerzos en sumergirte profundamente en Dios. Como dijo Krishna a Arjuna: «Con la discriminación intuitiva saturada de paciencia, con la mente absorta en el alma, el yogui, liberando su mente de todos los pensamientos, alcanzará gradualmente la tranquilidad».
Swami Satyananda Giri
Revista YSS, 2000
Sorry, the comment form is closed at this time.