EL ÚLTIMO ACTO DE DAYA MA – HERMANO SEVANANDA

EL ÚLTIMO ACTO DE DAYA MA – HERMANO SEVANANDA

Sri Daya Mata, 31 de enero de 1914 – 30 de noviembre de 2010

Este año [2014] marca el centenario del nacimiento de nuestra amada expresidenta Sri Daya Mata [31 de enero de 1914]. Nadie nos enseñó más las verdades de nuestro Maestro, con el ejemplo de su vida, que la misma Daya Ma, a quien honramos especialmente en esta Convocación. Podríamos recordar algunas de las palabras íntimas de Sri Mrinalini Ma sobre esos últimos días de la vida de Daya Ma, y cómo ella mantuvo su sintonía, su amor por Dios, su amor por todos nosotros, completamente vivos, manteniéndolos siempre como el enfoque absoluto de su vida.

Y tal vez para contar una última historia en este mismo sentido, en los días posteriores al fallecimiento de Ma, tuve la responsabilidad junto con otras personas de ayudar a coordinar con el cementerio de Forest Lawn los detalles de la ceremonia pública a la que probablemente asistieron muchos de ustedes. Y como esto se relaciona también, primero con el servicio conmemorativo en Pasedena para todos los devotos, y luego, un servicio separado realizado en el Centro Madre para los monásticos.

Como es costumbre, a menudo un miembro de la familia, por así decirlo, viaja al frente en el coche fúnebre, en el lado del pasajero. Y las circunstancias fueron tales que, en el último momento terminé siendo yo. Planeamos todo lo que pudimos, pero no pensamos en todo. Entonces, al final del último servicio realizado para los monásticos, mientras el automóvil avanzaba lentamente por el camino principal del Centro Madre, los monjes y las monjas estaban a ambos lados del automóvil arrojando pétalos de rosas mientras el automóvil avanzaba lentamente en la oscuridad hacia la puerta principal y luego fuera. Aquello fue realmente como si se tratara de una escena fuera de tiempo.

Y así, mientras nos dirigíamos lentamente a Forest Lawn, que está a unos quince minutos del Centro Madre, el caballero que conducía y que nos había ayudado durante todos estos días, comentaba lo maravilloso que era Self-Realization Fellowship, qué maravilloso debe haber sido nuestro fundador para haber atraído a tantas almas maravillosas como Daya Ma, y luego a todos los miembros que conoció durante esos pocos días. Y a medida que nos acercábamos un poco más a Forest Lawn, le conté lo especial que había sido Forest Lawn para nosotros a lo largo de los años y, por supuesto, que la cripta de nuestro Maestro estaba allí, con la que dijo que también estaba familiarizado.

La cripta de Paramahansa Yogananda en Forest Lawn

Y luego, mientras atravesábamos el umbral de la entrada allí, en la puerta de entrada, redujo la velocidad del automóvil, se volvió hacia mí y me dijo: ‘¿Le gustaría que pasáramos por delante de la cripta de Yogananda antes de estacionarnos?’ dijo: ‘¡Oh, esa idea no se me había ocurrido, sería maravilloso!’ Así que continuó subiendo la colina allí lentamente, y luego dio la vuelta hacia el lado izquierdo del gran mausoleo que alberga la forma de nuestro Maestro. Y entonces, cuando pasamos junto a la entrada, en el lado derecho del edificio por donde entrarías para visitar la cripta del Maestro, me sentí llenó de tal sentimiento, que lo agarré del brazo y le dije: ‘No tienes idea de cuánto significaría esto para Daya Ma, el honrar a su Maestro de esta manera’. Y luego respondió: ‘Bueno, probablemente ella dejó caer ese pensamiento en mi mente y lo recogí’. (Muchas risas de la audiencia) Y pensé, gracias a Dios alguien lo recogió (más risas), porque yo no lo había hecho. Tal vez ella había estaba tratando de darme golpecitos durante unos quince minutos y finalmente dijo ‘¡Ayayay!’ y luego ¡bang!, ya sabes, el tipo dijo: ‘hmmm, ¿y si pasamos por la cripta? (más risas)

Después condujo lentamente por el otro lado, y luego a mí y a los monjes que estaban en el otro automóvil que lo seguía, inmediatamente nos asaltó el pensamiento de que, como ÚLTIMO ACTO de Ma, ella estaba dando vueltas alrededor del Gurú en el sentido de las agujas del reloj de acuerdo con la ruta que el conductor había tomado. Y este es ese acto común en prácticamente todas las religiones de rodear un objeto sagrado, y en este caso el propio Gurú. Y fue como si Ma todavía nos estuviera mostrando, incluso en la llamada muerte, la forma de vivir, cómo respetar y reverenciar el camino, el Gurú, la vida misma.

A continuación, lentamente, el conductor comenzó a regresar colina abajo hacia el área privada detrás de la entrada principal donde debía estacionar. Y luego todos salimos, y de nuevo, como si lo que acababa de suceder no fuera suficiente, todos pasamos por la parte trasera del coche fúnebre y vimos que el parachoques trasero estaba cubierto de capas, todavía llenas de los pétalos de rosa que había sido arrojados en el Centro Madre. De alguna manera en toda esa conducción del trayecto no se habían caido. Parecía un carruaje divino, como los que ves de ‘recién casados’ excepto que en este caso, era con lo Divino.

 

Hermano. Sevananda, extracto del CD ‘Sostener un corazón gozoso en tiempos de adversidad’ en la revista SRF, primavera de 2015

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