
31 Mar DOS PREGUNTAS DE SATSANGA CON RESPUESTAS DEL HERMANO GOVINDANANDA
DOS PREGUNTAS DE SATSANGA CON RESPUESTAS DEL HERMANO GUITANANDA
P: El Maestro dice que deberíamos vivir una vida de equilibrada osadía, ¿podría explicar lo que esto significa y cómo puedo hacerlo parte de mi vida? Suena emocionante, como si dijera que debemos ir a por ello”.
R: Bueno, quiero decir que yo no he escrito estas preguntas, pero muchas de ellas tienen que ver con el miedo, ¿verdad? Y el coraje. Y esto último es lo que necesitamos en esta vida. La cita es “equilibrada osadía”, dice el Maestro, “Sonríe esa perpetua sonrisa, la sonrisa de Dios. Sonríe esa potente sonrisa de equilibrada osadía, esa sonrisa de un millón de dólares que nadie puede arrebatarte”. Bueno, de nuevo, creo que es muy directo sobre lo que el Maestro está hablando aquí. Y es que afrontemos los retos de la vida que nuestro karma ha creado, pero con Dios. Trayendo a Dios en todo lo que nos sucede y teniendo la confianza de que podemos pasar por ello a salvo, sin importar los retos, porque Dios está con nosotros. Podemos permitirnos el lujo de ser temerarios, si somos intrépidos con Dios.
Así que tomen esto de la forma adecuada, quiero decir que debemos tener una osadía equilibrada. Pero lo hacemos con Dios, y la canción de Swami Ram Tirtha capta perfectamente este concepto. “¡Tutores y amigos, dejad ya de hablar, oídme os lo digo, la muerte aplastad!,” (por alguna razón no me gusta este párrafo). ¡Alerta montañas, no me detengáis seréis derribadas si no os apartáis! Ese era Swami Ram tirtha, él no tenía miedo.
Recuerdo haber hablado sobre este concepto una vez durante un servicio en el templo, “equilibrada osadía”. Conté una historia que me sucedió antes de que entrara en el ashram. Me encontraba haciendo frente a una difícil tarea en el trabajo y se me preguntó si yo quería llevarla a cabo. Y aquello tenía muchos riesgos, pero también muchas ventajas, y yo pensé: “Realmente creo que necesito hacer esto”, pero no estaba seguro y pensé preguntarle a mi jefe -mi supervisor, “Puede darme cinco minutos y luego le respondo”. Así que me fui al servicio, que era el único lugar tranquilo del edificio de oficinas si despachos y yo estaba preguntándole al Maestro: “¿Qué debo de hacer?”, y mi mente estaba tan inquieta que no pude obtener una respuesta clara, pero me dije a mí mismo algo así como: “Bueno, ya sabes: ‘osadía equilibrada’, adelante, Babaji ayudará”. Así que volví a mi supervisor y le dije: “Lo haré”. Y él de facto estaba ya en el teléfono reservando los pasajes de avión cuando yo entraba en su despacho. Y yo le dije: “Bueno, ya lo sabe, yo no le había dado mi respuesta”. Y él dijo: “Bueno, yo sabía que ibas a decir que sí”. Y la cosa funcionó fantásticamente. Y conté esta historia en el templo una vez y uno de los devotos se me acercó y me dijo: “Yo tuve una situación similar en una ocasión en la que existía también un riesgo y la acepté, y lo he lamentado desde entonces”. Pero lo que quiero decir es lo referente al riesgo, ¿de acuerdo?, de aquello que es arriesgado, que cuando lo hacemos con el Maestro… saben, tenemos que sintonizarnos, lo mejor que podamos: “Maestro, ¿debería hacer esto, o no?” Y luego, aunque no estemos del todo seguros, tomamos la mejor decisión que podamos y lo hacemos con el Maestro. Y así, siempre hay una ventaja espiritual y una lección espiritual que tenemos que aprender, sin importar lo que suceda. Nosotros no podemos tomar siempre decisiones perfectas en este mundo. Ya decía el Maestro que no estaríamos aquí si no fuera este el caso. Así que tenemos que esperar equivocarnos en algunas ocasiones, en ese nivel físico menos elevado, en relación con lo que hacemos, pero eso está bien. Tan solo tenemos que estar con el Maestro todo el tiempo. Y eso siempre podemos hacerlo.
Me gusta hacer senderismo en las montañas al norte de aquí, y un día, otro monje y yo estábamos cruzando un estrecho montículo que no era arriesgado, sino más bien seguro, pero yo pensé: “Bueno, si me caigo desde aquí, no van a ser las montañas de Swami Ram Tirtha las que van a quedar destrozadas”, pero ya saben lo que dice el Maestro “el peligro y yo nacimos juntos”, y pensé: “Bueno, pon toda tu atención, porque no quieres que este otro monje tenga que volver al ashram y decir: “Saben, sus últimas palabras fueron: ‘el peligro y yo nacimos juntos’ y ‘yo soy más peligroso que el peligroooo’. Así que, osadía equilibrada, ¿de acuerdo?
P: Otra pregunta: He estado sin trabajo por un tiempo prolongado y existe una posibilidad de que podamos perder nuestro hogar o al menos puede que quedemos cargados de deudas que no podremos pagar. Me siento desolado pensando en que estoy dejando caer a mi familia. ¿Le importaría compartir los pensamientos de Yogananda para ayudar a vencer, o al menos minimizar, la ansiedad?.
R: Bueno, la primera cosa que quiero sugerir, en cualquier momento que estemos a merced de circunstancias que están más allá de nuestro control, es que soliciten oraciones, lo que pueden hacer a través de nuestro sitio en internet, o en otros sitios, en nuestros templos, centros. Y lo que yo he podido constatar es que al hacer esto, al menos aliviará la inmediata ansiedad demoledora que sentimos en esas circunstancias y que puede que rompamos la parálisis que esa ansiedad puede crear, liberandonos así para continuar haciendo esfuerzos productivos para resolver nuestras situaciones. Y luego tenemos que estar preparados para aprovechar las oportunidades que vendrán a nosotros cuando la gente está orando por nosotros.
Este fue mi caso hace algunos años cuando un miembro de mi familia llamó y dijo que le habían sido diagnosticado una enfermedad muy avanzada en su último estadio y todo lo que yo podía hacer era rezar intensamente por él y dejarlo en manos de Dios, lo que hice inmediatamente. Pero no pedí por la curación como tal. De alguna forma sabía que aquello no iba a ayudar a mi familiar e iba a inutilizar mis propias plegarias con el deseo de un resultado concreto. Así que tuve que “engañarme” a mi mismo y dije: “Bueno, Dios, Tú sabes el resultado que me gustaría, así que ni siquiera te voy a pedir por ello. De modo que, en lugar de eso, permíteme orar porque este miembro de mi familia se sienta siempre apoyado por Ti, a través de esta experiencia”. Orar de esta manera me liberó de la ansiedad que yo sentía. Y luego sólo continué rezando de esa manera durante todo el año o quizás más, mientras duró la situación. Y después de que todo esto pasó, no sólo me sentí más cerca de ese miembro de la familia, sino también más cerca de Dios. Así que encuentren una oración que les permita, cualquiera que sea la situación, sentirse más cerca de Dios. Y esto tiene que surgir profundamente desde su interior, pero confíen en que pueden dejar el resultado en manos de Dio y después mantenerse ocupados con Dios, buscando soluciones para la situación. Hagan que Dios participe.
La ansiedad es algo tan fácil con lo que te puedes encontrar en este mundo… y algunos incluso dirían que es algo necesario, o incluso que no sobreviviríamos sin que ella existiera, pero que se nos puede descontrolar rápidamente. Por eso el Maestro habla mucho sobre ella y muchas de las cosas que el Maestro aconsejó para cuando nos encontráramos en esta situación pueden encontrarse en el librito “Cómo vivir sin miedo”, que trata tanto de la ansiedad como del miedo. Y me he dado cuenta de que, si nos sentimos incluso un poco ansiosos por cualquier razón, con solo tomar ese libro y leer las palabras del Maestro, inmediatamente sentimos que el coraje entra en nuestra mente e incluso en nuestro cuerpo. Y ese pequeño libro tiene consejos físicos, mentales, emocionales, de conducta y espirituales y herramientas que nos ayudarán a lidiar con nuestra situación. Así que, aunque la ansiedad es algo natural, también significa que la solución definitiva a la ansiedad no puede ser encontrada en este mundo y todos sabemos esto. Tiene que encontrarse en el plano espiritual. Pero incluso un simple ejercicio físico puede hacer mucho por ayudarnos a tratar con la ansiedad. Y otra vez, vuelvo a una pequeña experiencia que tuve hace veinte años, de nuevo, antes de que entrara en el ashram; yo estaba muy alterado y nervioso por una situación del trabajo y estaba tratando de mantener la ansiedad bajo control, pero la cosa seguía, durante una semana o dos, o más… entonces yo era nuevo en el sendero. Y una noche, cuando iba a casa en el metro, comencé a sentir que esta ansiedad comenzaba a crecer. Llaman a esto “catastrofisar”, hacer de ello una catástrofe. Y una vez más, los riegos eran reales, pero pequeños, pero mi mente estaba pensando continuamente en ellos. Cuando llegué a mi apartamento estaba completamente metido en aquello y pensé: “No creo que sea capaz de meditar en este estado, así que lo que voy a hacer es salir a correr. Salí a correr y estuve veinte minutos corriendo, volví y sencillamente me encontraba genial.
Lo que quiero decir con esto es que nada había cambiado en el trabajo, pero que yo había sacado eso fuera de mí, fuera de mi cuerpo. Y es por esto que el Maestro tiene un sendero tan equilibrado. No tratamos con nuestros temas espirituales o mentales, o físicos, o de conducta, o emocionales, agarrándolos solo directamente. Nos aproximamos a todo lo que pasa en nuestras vidas de una forma holística. Eso sucedió hace veinte años y nunca lo he olvidado. Y fue sorprendente para mí, porque el problema en el trabajo seguía allí, pero yo no me preocupé por ello durante más tiempo. Los ejercicios del Maestro de tensar y relajar, son, de nuevo, una forma maravillosa que nos ayuda a tratar con la ansiedad, pero el Hermano Satyananda ya trató de ello la noche pasada.
Y cada uno de nosotros es diferente. Experimenten. Algunas cosas son mejores para nosotros que para otros, pero siempre recen y hagan que el Maestro participe.
Sorry, the comment form is closed at this time.