
26 Jun DEBEMOS SIMPLIFICAR NUESTRAS VIDAS PARA HACER TIEMPO PARA DIOS – HERMANO BALANANDA
En la edición digital de primavera de 2020 de la revista Self-Realization, nuestra querida tercer presidente Sri Daya Mata dijo: “Se acerca el día en que el mundo tendrá que volver a la vida sencilla. Debemos simplificar nuestras vidas para hacer tiempo para Dios «.
¡Ese día ya está aquí! En estos tiempos de distanciamiento social y encierro, tenemos la oportunidad perfecta para hacer un balance de nuestras vidas, tomarnos el tiempo para hacer introspección y ver cuántas distracciones, cuántas complicaciones, hemos permitido filtrar en nuestra existencia diaria. Y luego ocuparnos de inmediato en simplificar nuestras vidas para que una vez más nuestra Meta se presente con claridad ante nuestros ojos y podamos enfocarnos en ella.
La simplicidad es realmente la esencia y el fundamento del camino espiritual. Recuerda las palabras del sabio del templo de Kalighat al Maestro: «Dios es simple. Todo lo demás es complejo». Entonces, cuanto más simples nos volvemos, más nos acercamos a Dios.
Daya Ma también dijo en otro momento: «Simplifica tu vida y tus deseos para que nada te distraiga. Cualquier cosa que te distraiga de Dios, abandónala. Aíslala hasta que seas fuerte en Dios».
Así que, ¿cuáles son las formas en que podemos simplificar nuestras vidas?
- Simplicidad de pensamientos: recuerda al Maestro y cómo él simplificó su pensamiento: «Al despertar, comer, trabajar, soñar, dormir, servir, meditar, cantar, amar divinamente, mi alma susurra constantemente, sin que nadie la escuche: ¡Dios! ¡Dios! ¡Dios!». Y aprendió esto de su gurú, Sri Yukteswar, quien dijo: «Qué pensamiento más liberador que ‘Dios es’ o sólo ‘Dios'».
- Simplicidad de palabras: practica más el silencio. Alguien comentó una vez: «No te molestes en hablar a menos que puedas mejorar el silencio».
Una vez cuando el Maestro descubrió a Daya Ma y otros hablando distraídamente mientras limpiaban los terrenos de Mont Washington, en los años 30, les dijo: «¿Por qué malgastan su tiempo parloteando, parloteando inútilmente, parloteando como una ardilla? ¿Por qué no practican la presencia de Dios?»
- Simplicidad de acciones: recuerda cómo, en varias de sus grabaciones, Daya Ma explica que a las 5:00 p.m., después de un día de servicio desinteresado, iba a su habitación y moría para el mundo, estudiando las enseñanzas del Maestro y meditando. En otras ocasiones se encontraba escribiendo una carta y de repente se detenía, pensando para sí misma: «Mejor meditar». Ma dijo: «En última instancia, la forma más elevada de acción es la meditación, por lo tanto, no debe descuidarse, incluso si tus otros deberes sufren un poco como resultado».
- Simplicidad de sentimientos: eliminar gradualmente todos esos sentimientos negativos como la codicia, el orgullo, la curiosidad, la ira, los celos, etc. y cultivar los sentimientos positivos de paz, entusiasmo, alegría, imparcialidad, amor, consideración de los demás y deseo de Dios. El Maestro a menudo decía: «Cultivar el deseo de Dios es lo más esencial en el camino espiritual».
- Simplicidad de las posesiones: Guruji dijo: “¿Por qué consideras que lo no esencial es tan importante? La mayoría de las personas se concentran en el desayuno, el almuerzo y la cena, el trabajo, las actividades sociales, etc. Haz tu vida más simple y pon toda tu mente en el Señor «. La próxima vez que deseemos algún objeto, debemos detenernos un momento y preguntarnos:» ¿Por qué deseo realmente ese objeto? ¿Qué ventaja permanente obtendría si lo tuviera? ¿De qué manera tenerlo me ayudaría a alcanzar mi objetivo? Las respuestas a estas preguntas son siempre reveladoras. Por lo general, nos muestran que el objeto que queremos no solo es inútil como medio hacia la libertad, sino que es potencialmente dañino, y es un camino hacia la ignorancia y el sufrimiento. A partir de este tipo de introspección, también podemos ver que nuestro deseo no es realmente un deseo por el objeto en sí, sino solo un deseo de desear cosas, querer algo que nos excite.
Todo este tema de simplificar nuestras vidas se puede resumir en los cuatro principios de la Hermana Gyanamata, por los que ella vivió: 1) No mires ni contemples nada que no sea tu meta, resplandeciendo siempre ante ti; 2) Nuestras diarias experiencias no tienen importancia, pero aquello en lo cual nos convirtamos a causa de ellas sí la tiene; 3) Cada día, acepta todo cuanto te ocurra, considerándolo como proveniente de Dios; y 4) Por la noche, devuélvele todo a Dios, depositándolo en Sus manos.
Siempre los mantengo a todos en mis oraciones … y mi corazón.
En amistad divina y amor,
Hermano Balananda
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