CÓMO VIVIR SIN MIEDO: VENCIENDO LAS CAUSAS DEL ESTRÉS Y LA PREOCUPACIÓN – HERMANO JAYANANDA (1ª Parte)

CÓMO VIVIR SIN MIEDO: VENCIENDO LAS CAUSAS DEL ESTRÉS Y LA PREOCUPACIÓN – HERMANO JAYANANDA (1ª Parte)

Buenas tardes. Es agradable estar aquí con todos ustedes. Al preparar esta charla, ¡no se me escapa la ironía de lo que esto implica!

Cuando era joven, me dieron una imagen de la Vía Láctea, del National Geographic. Era una galaxia espiral. Me dijeron que en ella hay 300 billones de estrellas (nuestro sol es una de ellas). Si estuviésemos en el otro lado de la galaxia y emitiésemos una luz tardaría 100.000 años en llegar al otro lado. Mantengan en mente que hay 100 billones de otras galaxias…OK, ahora volvamos a Los Ángeles y ¡aquí ya nadie se siente mal! Así que ¿cuál es la forma de mirar la vida? debemos usar la perspectiva…

El Maestro dijo: “La vida es un escenario y nosotros somos los actores. Debemos tratar de complacer al divino Director, que es Dios”.

En Cantos del Alma, el Maestro escribió un poema:Esta es una asombrosa obra de teatro, sin embargo, la mayoría no sabe qué papel juega en un asombroso día”. Pero tenemos un Gurú que nos lo muestra.

Aquí, mientras representamos nuestro papel, aprendemos cosas. Un físico belga dijo que, en la naturaleza, para que se produzca crecimiento y mejora, todo necesita fricción. Es una propiedad fundamental de la naturaleza. Estar aislado de las alteraciones es estar aislado del cambio, permanecer estancado. Los problemas son necesarios. Así aprendemos las lecciones.

El Maestro una vez le dijo a alguien que se quejaba de otra persona: “Dios tendría que crear una persona como esa si ésta no existiese, sólo para que pudieses aprender la lección que tienes que aprender”.

El Maestro dice en el Bhagavad Gita que las obligaciones que te llegan son las que te corresponden. No debemos huir ni querer ser alguien diferente, porque entonces no aprendemos las lecciones. Las pruebas siempre vienen, pero vienen a señalarnos cosas.

Acerca del miedo…El Maestro dijo que, para estar preparado para la Auto-Realización, una persona no debe tener miedo. El miedo nos mantiene en la identificación con el cuerpo limitado.

Un devoto describió al Maestro en una sala de conferencias…La conferencia estaba repleta de devotos y curiosos. El Maestro entró en escena con un control total de la situación. Pidió a un médico que subiera al escenario y le tomara el pulso. El doctor le tomó la muñeca y NO encontró pulso. Tomó la otra muñeca y el pulso era veloz. Volvió a la primera muñeca y el pulso era normal. El médico recorría el escenario diciendo: ¡IMPOSIBLE!, ¡IMPOSIBLE!,…

El Maestro luego preguntó por 6 voluntarios, hombres fuertes. Los alineó en el escenario con las manos en la espalda del hombre que estaba delante. El Maestro le pidió al primer hombre que pusiera las manos en su estómago. Con un pequeño golpecito, el Maestro los lanzó al otro lado del escenario. La audiencia quedó sin habla. El Maestro estaba dignamente sereno…mostraba a la audiencia el oculto poder interior. Una pareja se levantó y comenzó a salir. El Maestro detuvo su discurso y les dijo que se sentaran, ya que esa oportunidad no se les presentaría de nuevo…la pareja se sentó… El Maestro tenía mucho poder, podía hacer todo.

¿Qué es el miedo? Un psicólogo lo definió como una emoción básica con la que el cuerpo trata de protegernos, de evitar un daño de forma anticipada. Es nuestra emoción más primaria. Ante el miedo, o huimos o luchamos. El yogui sin embargo controla esta emoción, y no hace ninguna de estas dos cosas. El Maestro dijo que el miedo es una herramienta para advertirnos…no debemos cultivarla ni abusar de ella.

El Maestro da una serie de técnicas para superar el miedo, en su maravilloso librito dedicado a este tema (Vive sin miedo):

El miedo viene del corazón. Inhala y exhala profundamente, así se aquieta el corazón y no tenemos miedo.

Frota la mano sobre el pecho de izquierda a derecha, sobre el corazón.

Escoge las compañías. No te asocies con personas negativas. Rodéate de personas con coraje. El ambiente es más poderoso que la fuerza de voluntad.

El Maestro una vez fue invitado a una cena y el anfitrión estaba tan nervioso por que todo saliera bien que casi arruina la cena. ¿Por qué preocuparse? Hazlo lo mejor que puedas y relájate, y a tu alrededor todos estarán relajados.

Daya Mata era así, natural y relajada en toda situación, nada de su alrededor la afectaba. Siempre era natural y estaba presente. Tenía una fuerte conexión con el Maestro y la Madre Divina que emanaba de ella. En una convocación, ella tenía que venir a hablar; el coche aparcó con un tropel de gente fuera y yo me preocupaba por ella para ver si necesitaba algo… y Ma salió al coche, se acercó a mí y me dijo “¿Qué tal estás?”, totalmente concentrada en mí, no en ella misma. Las fotos de Ma para el Memorial que están expuestas en Centro Madre, y en la revista, nos muestran que no importa en qué situación se encontrara, con líderes mundiales o devotos, era perfectamente equilibrada y estaba perfectamente presente.

Si encuentras que no eres capaz de quitar el miedo, quizá pasadas encarnaciones incrustaron profundamente este hábito. Lee libros inofensivos y busca entretenimientos. Distrae tu atención, aléjate de estar dándole vueltas al miedo.

Desarrolla coraje. El coraje significa afrontar las cosas, no huir. Debemos preguntarnos: ¿Cómo puedo actuar aquí con coraje?

Busca hacer cosas valientes y amorosas que otras personas no hacen, dijo el Maestro.

Las dificultades que afrontamos nos enseñan lecciones que no podemos aprender de otro modo. No son nuestros enemigos. Nos ayudan de formas en que nada más puede hacerlo.

El Hermano Jayananda repitió el poema Invictus. Lo lee:

Invictus (de William Ernest Henley):

Desde lo hondo de la noche que me cubre,

negra como el abismo de polo a polo,

agradezco a cualquier dios que pudiera existir

por mi alma inconquistable.

En las feroces garras de las circunstancias
,

ni he gemido ni he gritado.

Bajo los golpes del azar

mi cabeza sangra, pero no se inclina.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas

surge el Horror de la sombra,

y a pesar de la amenaza de los años

me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta,

cuán cargada de castigos la sentencia.

Soy el amo de mi destino:

Soy el capitán de mi alma.

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