CÓMO CULTIVAR ENTUSIASMO ESPIRITUAL – HERMANO SATTVANANDA

CÓMO CULTIVAR ENTUSIASMO ESPIRITUAL – Por el Hermano Sattvananda

El Hermano Sattvananda ha sido monje en los ashrams de Paramahansa Yogananda por más de treinta años y actualmente supervisa el entrenamiento de los monjes postulantes en Encinitas, California.

El entusiasmo es una cualidad muy importante a cultivar en la vida – la habilidad de motivarnos a nosotros mismos y sentir gozo en cualquier cosa que estemos haciendo. Mantener el entusiasmo es importante en todo aquello que hacemos, pero particularmente en el sendero espiritual según nos esforzamos por lograr la comunión con Dios. No podemos encontrar a Dios de la noche a la mañana. Se requiere esfuerzo y persistencia con gozoso espíritu según recorremos el sendero a la Autorealización. A continuación, unos pocos consejos para mantenernos entusiastas a lo largo de los años mientras practicamos la sadhana que nos ha dado nuestro Gurú, y así de este modo alcanzar nuestra meta de la forma más segura y rápida.

1.- Mantener en la mente aquello que deseamos y lo que ganamos al hacer un esfuerzo espiritual.

Uno de los primeros discípulos de Paramahansa Yogananda fue la Hermana Gyanamata, una monja de gran realización y sabiduría. En una carta a una compañera discípula le dio este consejo: “No mires ni contemples nada que no sea tu meta, resplandeciendo siempre ante ti”. Necesitamos mantener nuestras metas espirituales delante nuestro: ¿Qué queremos? ¿Por qué meditamos? ¿por qué nos sentamos (para meditar)? ¿por qué nos dedicamos a esta autodisciplina?

Antes que nada, deseamos a Dios. Deseamos vencer la ilusión. Hemos sufrido suficiente en esta vida. Hemos tenido suficiente de esta dualidad, placer y dolor, altas y bajas, luz y oscuridad. Deseamos a Dios.

Deseamos amor y gozo, gozo que no dependa de las cosas exteriores, una felicidad que no esté aquí un día y se haya ido al día siguiente, dejándonos deprimidos. Queremos encontrar esa paz fundamental y ese gozo que es parte de nuestra verdadera naturaleza en Dios.

Queremos volvernos sabios y desarrollar la comprensión de lo que verdaderamente somos y al mismo tiempo aprender a comprender también a otras personas. Queremos ver más allá de las diferencias y encontrar el elemento común, un amor común que podamos compartir. Queremos volvernos como esos santos que dedicaron sus vidas a esta búsqueda y encontraron a Dios. Queremos ser como ellos.

2.- Llevar un diario de todas las bendiciones que vienen a nosotros.

Algunas veces tenemos una meditación muy buena y tal vez vemos una pequeña luz y sentimos una gran paz. O algunas veces nos sentamos en meditación y estamos preocupados, temerosos o ansiosos sobre algo, pero cuando terminamos nos sentimos valientes, con coraje y de nuevo calmados. Escribe esas bendiciones, las experiencias que tengas. Durante el día podemos sentirnos felices de repente y sentir la presencia de Dios. Algunas veces tenemos un hermoso sueño espiritual que es muy inspirador y tranquilizador. Escribe también esas experiencias. A veces nos vienen repentinas percepciones sobre nuestra vida, nuestra vida espiritual, nuestras relaciones con los demás. Comprendemos repentinamente algo que no habíamos comprendido antes. También podemos escribir esto.

Cuando los tiempos son realmente difíciles y no sentimos entusiasmo, podemos entonces tomar nuestro diario donde hemos escrito esas experiencias y recordar todas esas bendiciones. Nos ayudará a que seamos fieles de nuevo, valientes de nuevo, y que sintamos ese poder dentro de nosotros, mientras recordamos esos momentos.

3.- Ser regular en nuestras prácticas espirituales – especialmente la meditación y el estudio de las enseñanzas – incluso cuando no tengamos ganas de hacerlo.

Es como una contradicción: cuando no tienes ganas de hacer esto es cuando verdaderamente necesitas hacer el esfuerzo para hacerlo. Es el esfuerzo lo que crea el estado de ánimo correcto, y no hacer lo contrario. Si esperamos a tener buen ánimo para realizar el esfuerzo espiritual no tendremos consistencia. En cualquier cosa que deseemos lograr no podemos confiar solamente en la inspiración pasajera o en un buen estado de ánimo; tenemos que practicar con regularidad. “La inspiración llega con la transpiración”. Una vez un escritor escribió: “Yo sólo escribo cuando estoy inspirado y me aseguro de estar inspirado a las 9:30 de cada mañana”, así que tenemos que hacer el esfuerzo, entonces la inspiración llegará.

Muchas veces me he sentado a meditar y no tenía ganas de hacerlo en absoluto. Pero al final de la meditación, no importaba lo inquieto o desanimado que estuviera al comienzo, me sentía mucho mejor.

El estudio espiritual regular es también importante. El estudio es una gran forma de encontrar nueva o renovada inspiración. Nuestro Gurú, en sus libros y Lecciones, enfoca muchos temas desde diferentes ángulos, un aspecto intelectual, otro devocional, otro inquisitivo. Todos pueden encontrar algo beneficioso en sus escritos. Cuando leemos y estudiamos con profundidad las palabras del Gurú, nos sintonizamos con su mente y obtenemos su sabiduría. El estudio espiritual apoya la práctica de nuestra meditación. El estudio nos da la sabiduría que estamos buscando y la inspiración que necesitamos para seguir adelante.

4.- Desarrolla un sentido de lealtad hacia el sendero espiritual.

La Hermana Gyanamata también escribió estas hermosas palabras: “Cuando la devoción no nos sostiene o cuando pensamos que no la tenemos, entonces el deber debe cubrir la brecha”. La perseverancia y el sentido del deber es importante en todo lo que hacemos, incluyendo nuestras relaciones, nuestro trabajo y también nuestros esfuerzos en el sendero espiritual.

Pero hay una pequeña advertencia: a pesar de todos nuestros esfuerzos y regularidad, tienes que esperar altibajos. Hasta que alcanzamos la completa liberación en Dios, la dualidad nos afectará, incluyendo nuestro viaje en el sendero espiritual. Pero necesitamos perseverar y no desalentarnos.

Una vez un joven monje fue a ver al santo abad del monasterio. El joven monje dijo: “Señor, necesito su ayuda y sus bendiciones. Todo está mal en mi vida: no puedo meditar, no me puedo sentarme quieto. Me duele la espalda, mi mente va de un lado para el otro. Llevo dos semanas así. No sé qué hacer. A menos que usted me bendiga, seré un fracaso completo”. El abad lo miro y dijo de hecho: “Pasará”. Así que el joven monje se fue decepcionado de alguna forma por no haber recibido ninguna simpatía por parte de su superior. Pero luego, dos semanas más tarde volvió al abad y dijo: “Maestro, Maestro, quiero darle las gracias por su bendición. Todo ha ido estupendamente desde que hablé con usted. Puedo meditar, puedo adentrarme profundamente en la quietud – el cuerpo ya no me da ningún problema. ¡Muchísimas gracias! Y el abad lo miró de nuevo y de hecho dijo: “Pasará”.

De modo que necesitamos aceptar que habrá altibajos en la vida, pero eso no significa que no avancemos. El proceso de cambio continúa en el interior, aunque no seamos muy conscientes de ello.

Paramahansaji dijo: “No esperes una flor espiritual cada día en el jardín de tu vida. Ten fe en que el Señor al que te has entregado te dará la plenitud divina a su debido tiempo. Ya has sembrado la semilla de la aspiración divina; riégala con la oración y la acción correcta. Quita las malas yerbas de la duda, la indecisión y la pasividad. Cuando aparezcan los brotes de las percepciones divinas cuídalas con cuidado devocional. Una mañana contemplarás la flor de la Realización divina”.

 

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